Todo proviene de Dios (Salmos 127)

Idea central

Sin la bendición de Dios, nuestros esfuerzos son en vano, y que los hijos son una bendición que requiere la guía activa de los padres.

Contexto bíblico

Este es un salmo de sabiduría atribuido a Salomón que enfatiza la dependencia de Dios en todos los aspectos de la vida. En los primeros versículos, se subraya que todo esfuerzo humano, como construir una casa o vigilar una ciudad, es vano si no se cuenta con la bendición y la presencia de Dios. El salmo también resalta que los hijos son una bendición de Dios, no una carga, y que aquellos que tienen familia son favorecidos por Él. Este salmo nos recuerda que sin Dios, nuestros esfuerzos no tienen valor, pero con Su intervención, todo lo que hacemos tiene propósito y sentido.

Expliquémoslo

1. Reconoce a Dios en todos tus caminos (vv. 1–2)

El sabio Salomón nos habla de lo importante que es tener a Dios en el centro de nuestra vida diaria. Según él, todo lo que hacemos sin tomar en cuenta a Dios, al final, no tiene verdadero propósito. Su primer ejemplo es el de edificar un hogar. Intentar formar un hogar y criar una familia sin tomar en cuenta a Dios no tiene el mismo valor, porque por mucho que uno se esfuerce, nuestros recursos humanos siempre serán limitados sin Su respaldo. Lo que realmente necesitamos en nuestros hogares es Su participación y Su bendición. Luego, Salomón habla sobre la protección de una ciudad. En la antigua Israel, las ciudades se protegían con murallas para defenderse de los ataques enemigos. En tiempos de incertidumbre política, una ciudad podía hacer grandes esfuerzos por protegerse, pero eso solía generar temor y ansiedad en la gente. Salomón explica que aunque haya vigilantes cuidando día y noche, si Dios no está presente, todo ese esfuerzo es en vano, porque al final es Dios quien nos da la verdadera protección.

¿Cuál es la esencia de lo que Salomón quiere enseñarnos? Reconocer a Dios en cada área de nuestra vida y entender nuestra gran necesidad de Él. Las personas pueden lograr grandes cosas como edificar hogares y resguardar ciudades, pero hacerlo fuera de Dios lleva a un esfuerzo constante y a vivir con preocupación. Salomón nos recuerda que Dios da paz a Sus hijos (Filipenses 4:7). Él es quien nos sostiene y conoce nuestro futuro. Por eso podemos descansar en Su presencia, sabiendo que Él tiene el control. Si has dejado a Dios fuera, distraído por las ocupaciones de la vida, es tiempo de regresar y ponerlo nuevamente en el centro. No importa cuánta instrucción secular tengas, cuántos libros sobre matrimonio o crianza hayas leído, cuántos consejos hayas recibido, o cuán bien te hayas preparado financieramente para emergencias: todo se queda corto si tu fundamento no está edificado sobre Dios. Él es quien te sostiene (Isaías 41:10).

  • Comprométete a involucrar a Dios en las decisiones familiares, tu matrimonio y la crianza de tus hijos. Invítalo a ser la base de tu hogar

  •  Si te has distraído por las demandas de la vida, haz un esfuerzo consciente por reconectarte con Dios y ponerlo nuevamente en el centro de tus planes

Qué aprendemos: Pon a Dios como el centro de tu vida


Preguntas para discutir 

La paz de Dios es algo que solo Él puede dar ¿Cómo te ayuda recordar que Dios es el que sostiene tu vida y tu futuro cuando enfrentas dificultades?

2. Los hijos son herencia (vv. 3–5)

Ahora Salomón habla sobre las bendiciones de una familia guiada por Dios. La primera bendición que se nos da como padres son nuestros hijos. Lejos de ser una carga o una molestia, los hijos deben ser recibidos y valorados como un regalo del Señor, una recompensa. Y como son un regalo, deben ser apreciados, cuidados y formados con intención. Cuando pensamos en formación y desarrollo de carácter, a menudo lo asociamos con la escuela o con la iglesia. Aunque estos son apoyos importantes, la responsabilidad principal recae en los padres. Debemos involucrarnos activamente en la vida de nuestros hijos. Los padres deben enseñarles continuamente acerca de Dios en la vida diaria (Deuteronomio 6:6–7) y brindarles instrucción y corrección que deje un impacto duradero en sus vidas (Proverbios 22:6; Proverbios 1:8–9).

Esto es especialmente importante porque, algún día, ellos serán lanzados a la vida, como flechas en manos de un guerrero. Para que puedan dar en el blanco y cumplir el propósito que Dios les ha dado, tenemos que esforzarnos y estar presentes en sus vidas. La participación de ambos padres es esencial.

  • La formación y el desarrollo de carácter dependen de la participación activa de los padres

Qué aprendemos: Los hijos son una bendición de Dios, no una carga

Preguntas para discutir
Salomón nos llama a involucrarnos activamente en la vida de nuestros hijos. ¿Qué pasos concretos puedes dar para ser más intencional en la formación espiritual de tus hijos?

Llamado a la acción

Reflexiona sobre tu vida y tus esfuerzos: ¿Estás poniendo a Dios en el centro de tus decisiones diarias? Si eres padre, comprométete a ser más intencional en guiar a tus hijos con la sabiduría y la dirección que solo Dios puede ofrecer. Reconoce Su bendición y permite que Él sea el fundamento de tu hogar y familia.

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