Trabajemos en la unidad (Hechos 4:32–37)

Idea central

Dios desea que Su iglesia viva en unidad, como una verdadera familia espiritual. Esta unidad es posible cuando somos llenos del Espíritu Santo, dejamos el egoísmo y servimos con generosidad, reflejando a Cristo incluso en medio de la oposición como los primeros discipulos.

Contexto bíblico

Este pasaje destaca tras orar y ser llenos del Espíritu Santo, los creyentes vivían en unidad y compartían todo con generosidad. Nadie decía ser dueño de lo que tenía, y no había necesitados entre ellos. Los apóstoles testificaban con poder, y la gracia de Dios abundaba en toda la comunidad.

Expliquémoslo

1. Como iglesia debemos ser de un solo corazón y alma (vv. 32–35)
Lucas describe la vida de la iglesia primitiva, destacando su unidad como de un solo corazón y alma. Eran corteses y se cuidaban genuinamente unos a otros, dando un ejemplo poderoso de una familia espiritual saludable. Incluso con sus posesiones materiales, eran desinteresados, asegurándose de que a los que verdaderamente tenían necesidad no les faltara nada. Esta generosidad era voluntaria, impulsada por un profundo amor al Señor y a los demás. Los primeros creyentes no se enfocaban en lo que podían recibir, sino en cómo podían servir. Sus acciones reflejaban un compromiso sincero con el cuerpo de Cristo.

La primera iglesia estableció un estándar poderoso para nosotros hoy. Imagina si tuviéramos la misma actitud, diciendo: “Señor, queremos ser usados completamente por ti. ¡Usa nuestras vidas y recursos para Tu gloria!” Este tipo de unidad sucede cuando compartimos no solo creencias, sino también la voluntad, el afecto, el propósito y la identidad. Nadie se sentía superior a los demás porque realmente eran uno. Vivieron lo que Jesús oró en (Juan 17:20–23): una iglesia unida en espíritu y en verdad (Salmos 133:1; 1 Corintios 1:10). Su unidad se extendía más allá de lo espiritual hacia acciones prácticas. Y donde hay desunión, la obra del Espíritu se ve obstaculizada.

  • Deja de enfocarte en el temor al rechazo y enfócate en la autoridad de Aquel que te envió.

Qué aprendemos: Peternecemos al cuerpo de Cristo y el cual esta unido


Preguntas para discutir
¿Qué significa para ti ser "de un solo corazón y alma" con otros creyentes?

2. Ser de un alma y corazon es posible (vv. 36–37)
El principio de pertenecer y estar en unidad suena muy bien en teoría. A veces lo aceptamos como una buena enseñanza para aplicar, pero Lucas nos muestra que es algo práctico que podemos vivir en nuestro día a día. Especialmente en una sociedad individualista, donde valoramos más nuestro bienestar personal que el de los demás. Él lo demuestra al presentar el ejemplo de uno de estos creyentes generosos: un levita de Chipre llamado Bernabé. Él mostró un corazón desinteresado.

En esencia, el principio es que no debemos ver a la iglesia como un grupo de personas desconocidas, sino como una familia espiritual, llamada del mundo para servir al Dios vivo. Somos una familia espiritual que debe cuidarse mutuamente. Bernabé lo hizo voluntariamente al vender su herencia y usarla para el bienestar de otros. Pero hay muchas maneras de cuidarnos unos a otros: orando (Santiago 5:16), animando (1 Tesalonicenses 5:11), llevando las cargas (Gálatas 6:2) y sirviéndonos (Gálatas 5:13). Hemos sido llamados a pertenecer.

  • Pide a Dios oportunidades específicas para hablar de Jesús con libertad


Qué aprendemos: Tenemos ejemplo de personas que fueron generosas para el bienestar de los demas

Preguntas para discutir
¿Qué te impacta del acto de generosidad de Bernabé?

¿Qué significa para ti “pertenecer” a la iglesia, más allá de solo asistir a reuniones?

Llamado a la acción

¡Vivamos como una verdadera familia espiritual! Así como la iglesia primitiva fue de un solo corazón y alma, nosotros también podemos vivir en unidad, generosidad y propósito. No fuimos llamados a caminar solos, sino a pertenecer, a cuidar y a ser parte activa del cuerpo de Cristo.

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Cierra la brecha entre creer y pertenecer | Pastor Benji Paredes