Sirve a Dios(Hechos 4:23–31)
Idea central
Podemos predicar sin temor porque Dios es soberano y Su Espíritu nos da valentía para hablar de Cristo con confianza, aun en medio de la oposición.
Contexto bíblico
Después de sanar a un hombre cojo en el templo, Pedro y Juan son arrestados y llevados ante el concilio religioso por predicar en el nombre de Jesús. Aunque se les amenaza y se les ordena no hablar más en ese nombre, ellos responden que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Al ser liberados, se reúnen con la comunidad de creyentes y juntos oran. En su oración reconocen la soberanía de Dios, citan el Salmo 2, y no piden protección, sino valentía para seguir predicando. Dios responde llenándolos del Espíritu Santo, y todos son fortalecidos para hablar con denuedo. Esta escena muestra cómo la iglesia primitiva enfrentaba la oposición con oración, unidad y dependencia del Espíritu Santo.
Expliquémoslo
1. Sirve a Dios sin miedo porque Dios es soberano (vv. 23–26)
Después de que Pedro y Juan fueron liberados de la cárcel, tras haber sido detenidos por los líderes religiosos por la sanidad del hombre cojo y por predicar a Cristo, lo primero que hicieron fue ir con sus amigos y contarles todo lo que había sucedido. Luego comenzaron a orar. Su respuesta nos deja grandes lecciones.
¿Cuál fue la primera parte de su oración? Simplemente oraron pidiendo más valentía y autoridad para proclamar la Palabra de Dios. La manera en que comenzaron su oración reveló su corazón y la gran fe que tenían. Primero reconocieron a Dios como el Señor soberano y Creador del cielo y de la tierra (Génesis 1:1). Esta declaración tenía un significado profundo. Mostraba que confiaban en el Dios todopoderoso que creó todas las cosas. Entonces, ¿por qué habrían de temer a simples hombres, a quienes Dios también creó (Hechos 5:29–31)? Cuando realmente conocemos quién es Dios y entendemos que Él reina sobre todo y que ya ha ganado la victoria, eso nos da la fuerza para vencer el temor mientras hacemos la obra del Señor. Reconocemos que, al final, es Su obra y no la nuestra el llevar el evangelio.
Deja de enfocarte en el temor al rechazo y enfócate en la autoridad de Aquel que te envió.
Qué aprendemos: El Dios poderoso esta de tu lado
Preguntas para discutir
¿Qué temores enfrentas cuando se trata de compartir tu fe? ¿Cómo te ayuda recordar que Dios es soberano a superar esos temores?
¿Has enfrentado oposición al compartir tu fe y qué aprendiste de esa experiencia?
2.Sirve a Dios sin miedo porque Dios te ha dado Su Espíritu (vv. 27–31)
Mientras los discípulos continuaban su oración, en la segunda parte comenzaron a dirigirse a Dios como su protector. Oraron para que Él les concediera aún más autoridad y valentía para hablar del Señor, y que al hacerlo, el Señor extendiera Su mano para obrar señales y maravillas en el nombre de Jesús.
En la primera parte de la oración vimos que reconocieron a Dios como soberano sobre todas las cosas. Pero al final, simplemente pidieron ser usados por Él y hablar con valentía Su nombre en medio de la oposición. ¡Qué gran ejemplo! Creo que hoy, más que nunca, muchos creyentes nos hemos vuelto silenciosos o incluso avergonzados de hablar en el nombre del Señor. ¿Cuál fue la respuesta del Señor? Él los llenó con el Espíritu Santo. Una y otra vez vemos el patrón: el Espíritu Santo está relacionado con la valentía. Podemos seguir pidiendo ser llenos de Su Espíritu. No llevamos a cabo la Gran Comisión solos; tenemos al Espíritu Santo obrando a través de nosotros (Romanos 8:14; Juan 14:26).
Pide a Dios oportunidades específicas para hablar de Jesús con libertad
Qué aprendemos: El Espíritu Santo te da denuedo para hablar de Jesús
Preguntas para discutir
¿En qué momento has sentido que necesitabas la ayuda del Espíritu Santo para hablar de Cristo?
Llamado a la acción
Sirvea a Dios sin temor, sabiendo que Dios es soberano y que Su Espíritu está contigo. Como Pedro y Juan, ora reconociendo el poder de Dios y pídele valentía para hablar de Jesús. No estás solo: el Espíritu Santo te fortalece y te guía. Esta semana, busca una oportunidad concreta para compartir tu fe con confianza y dependencia total en Él.