Conectados con Cristo (Juan 15:1–8)
TBGrupos
Guía de estudio
Estudio actual: El poder de la conexión
Conectados con Cristo
Juan 15:1–8
Idea central
La vida cristiana no es una religión de simples prácticas o de actividades, sino una relación de conexión continua con Cristo. De esa conexión fluye todo fruto espiritual.
Contexto bíblico
Jesús está preparando a Sus discípulos antes de Su arresto y crucifixión. En Juan 15, usa la metáfora de la vid y los pámpanos para enseñarles que, aunque físicamente se irá, espiritualmente deben mantenerse unidos a Él. Esta conexión es vital para producir fruto verdadero y glorificar al Padre.
Expliquémsolo
Punto 1: Permanecer en Cristo es la única manera de llevar fruto verdadero (vv. 4–5)
Jesús no dice que sería difícil sin Él, dice que sería imposible (“nada podéis hacer”). La vida abundante y la transformación no vienen por esfuerzo propio, sino por estar conectados con Él día a día.
Hagámoslo personal
¿Qué cosas a veces intentas hacer “por tu cuenta”, sin buscar primero la guía y fuerza de Cristo?
¿Qué hábitos o rutinas pueden ayudarte a permanecer más conectado a Jesús durante la semana?
Punto 2: Dios nos limpia para que llevemos más fruto (v. 2)
El proceso de crecimiento no siempre es cómodo. A veces el Padre nos poda, nos disciplina o corrige, no para castigarnos, sino para prepararnos para algo más grande.
Hagámoslo personal
¿Puedes identificar una “poda” que Dios ha hecho en tu vida recientemente? ¿Cómo podrías responder con fe en vez de frustración?
¿Qué fruto espiritual has visto en tu vida cuando has estado más conectado a Cristo?
Llamado a la acción
Esta semana, aparta un tiempo específico cada día para estar con Jesús; en oración, en Su Palabra, en silencio disfrutando de Su presencia. No para cumplir un deber, sino para permanecer en Él. Invita al Espíritu Santo a ayudarte a fortalecer esa conexión.
Reflexiona
¿Estoy realmente conectado con Cristo o sólo participando en cosas “de iglesia”?
¿Qué me está impidiendo profundizar más mi relación con Él?
Responde
Aparta 10–15 minutos diarios para estar a solas con Dios, sin distracciones, leyendo Juan 15 y orando con sinceridad.
Elimina o reduce algo que te está desconectando de tu vida espiritual, como redes sociales, entretenimiento excesivo o una rutina que te aleja de Cristo.