Permanece en Cristo (Juan 15: 9-11)
Permanecer en Cristo mediante una relación íntima y obediente nos lleva a experimentar un gozo verdadero y duradero.
Acceso a Su presencia (Isaias 56:1–8)
Vivamos para Dios con un corazón íntegro, compartiendo Su salvación, confiando en que nada nos separará de Su amor.
Vive para Dios (Santiago 4:1–10)
Debemos tomar una decisión firme en nuestra fe, eligiendo vivir para Dios y no para nuestros propios deseos egoístas.
Demuestra misericordia (Lucas 10:25–37)
El crecimiento espiritual consiste en amar a Dios y al prójimo con compasión y misericordia, superando barreras sociales y culturales.

