El perdon (2 Corintios 2:5–11)

Idea central

El perdón es esencial para la salud espiritual del creyente y la unidad de la iglesia.

Contexto bíblico

En este pasaje, Pablo se refiere a un miembro de la iglesia que había cometido una grave ofensa (posiblemente el mismo individuo mencionado en 1 Corintios 5) y que fue corregido por la comunidad. Ahora, al ver el arrepentimiento del ofensor, Pablo exhorta a la iglesia a perdonarlo y restaurarlo con amor para evitar que la tristeza lo destruya. Además, advierte que la falta de perdón puede abrir la puerta a Satanás para sembrar división en la iglesia. Pablo destaca la importancia de actuar con misericordia, siguiendo el ejemplo de Cristo, y mantener la unidad del cuerpo de Cristo.

Expliquémoslo

1.  Debemos perdonar al ofensor (vv. 5–9)
Pablo aborda una situación que involucraba a una persona no identificada que había causado ofensa. La iglesia respondió con la corrección adecuada, pero ahora Pablo los exhorta a perdonar, consolar y reafirmar su amor hacia esa persona. Está preocupado de que el individuo pueda ser consumido por una tristeza excesiva y desea que la iglesia en Corinto abrace el perdón, tal como él lo ha hecho.

Pablo dio ejemplo de perdón, al igual que Cristo. Jesús enseñó el principio de perdonar al ofensor un número ilimitado de veces (Mateo 18:21–22). Muchas veces, la necesidad de perdonar tiene más que ver con los efectos dañinos que la falta de perdón produce en nosotros. En su vida, Jesús fue traicionado por Judas y negado por Pedro. En ambos casos, eligió perdonar. Perdonar significa liberar a alguien de la deuda u ofensa que te ha causado, eligiendo no guardar rencor, incluso si esa persona no lo merece o nunca lo pide.

  • Guardar rencor solo alimenta el dolor y el resentimiento; perdonar sana el corazón y restaura relaciones

  • Pídele al Señor que te ayude a perdonar como Él te ha perdonado, sin guardar rencor ni esperar condiciones.

Qué aprendemos: Perdonar refleja el carácter de Cristo


Preguntas para discutir
¿Qué impacto puede tener la falta de perdón en una comunidad, como una iglesia o una familia?


Jesús enseñó a perdonar sin límite (Mateo 18:21–22). ¿Qué desafíos prácticos enfrentamos al intentar perdonar repetidamente?

2. Las consecuencias de la falta de perdón (vv. 10–11)
Pablo afirmó que él había perdonado al individuo y advirtió a la iglesia en Corinto que no hacerlo abriría la puerta para que Satanás actuara. En esta situación específica, la falta de perdón podía provocar desunión en la iglesia, y eso sería una oportunidad perfecta para que el enemigo se aprovechara de ellos.

Esta verdad sigue vigente hoy. La falta de perdón ha destruido familias, dividido iglesias y herido profundamente a muchas personas. Algunos aún cargan con cicatrices del pasado que no han sanado y que afectan su vida presente. Jesús dijo que si no perdonamos las ofensas de otros, nuestro Padre celestial tampoco perdonará las nuestras (Mateo 6:14–15). Él nos perdonó aun cuando éramos culpables de pecado y merecíamos condenación eterna, y aun así eligió perdonarnos.

  • No permitas que la falta de perdón cree división en tu familia, tu iglesia o tu vida personal

Qué aprendemos: La falta de perdón abre la puerta al enemigo


Preguntas para discutir

Dios nos perdonó cuando no lo merecíamos. ¿Qué nos enseña esto sobre cómo debemos responder ante quienes nos ofenden?

¿Cómo puede el perdón traer sanidad emocional y espiritual a una persona que ha sido herida?

Llamado a la acción

Así como Pablo llamó a la iglesia a restaurar al hermano arrepentido, hoy Dios te llama a ti a practicar el perdón de manera activa. Tal vez alguien te ha herido profundamente o tú mismo has fallado, pero la gracia de Dios sigue estando disponible. No te quedes en la amargura ni en la culpa. Perdona. Pide perdón. Restaura.

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Dios levanta al arrepentido (Jueces 16:28–31)