Valora Su presencia (1 Samuel 4:19–22)
La historia de la pérdida del arca del pacto nos recuerda que descuidar la santidad y la presencia de Dios trae consecuencias trágicas; por eso, debemos valorar nuestra relación con Él, vivir con reverencia y no permitir que nada ocupe el lugar que solo le pertenece a Dios.
Alaba al Dios eterno (Salmos 146)
Este salmo nos llama a alabar a Dios con todo nuestro ser y a confiar en Su carácter eterno, recordándonos que nuestra motivación para alabarle debe ser Su fidelidad, poder y justicia, no solo lo que Él hace por nosotros
Todo proviene de Dios (Salmos 127)
Sin la bendición de Dios, nuestros esfuerzos son en vano, y que los hijos son una bendición que requiere la guía activa de los padres.
Hay esperanza en Cristo (Juan 11:17-27)
Hay que confiar en el tiempo de Dios, a ser pacientes en nuestras oraciones, y a reconocer que Jesús, como la resurrección y la vida, es la fuente de nuestra salvación y esperanza, incluso cuando las circunstancias parecen desesperadas.
Acércate a Dios (Lucas 7:36-50)
Debemos acercarnos a Dios con un corazón contrito y reverente, reconociendo Su gran misericordia y el perdón que nos ofrece.
Se un mayordomo fiel (Mateo 25:14-30)
Sabe que los talentos y habilidades que Dios te ha dado están destinados a ser usados para Su gloria. Usa todo lo que tienes para el avance de Su reino.
La sabiduría en la creación de Dios (Proverbios 30:24-28)
A través de las lecciones de las hormigas y las langostas, Agur nos enseña la importancia de la preparación y la unidad para enfrentar los desafíos de la vida y avanzar en el reino de Dios.
Busca la guía de Dios (1 Samuel 30:1-8)
En tiempos de crisis, es esencial buscar la dirección de Dios para tomar decisiones sabias y corregir errores.
Reposa en Dios y Su verdad (Génesis 32:1-12)
En tiempos de miedo y ansiedad, confía en la fidelidad de Dios, busca Su guía a través de la oración y recuerda Sus promesas para encontrar fortaleza y paz.
Obedece mientras esperas (Exodo 23:20-33)
Obedecer a Dios y confiar en Su tiempo perfecto nos protege, nos guía y nos permite recibir Sus bendiciones.