Jesús, el Salvador del mundo (Lucas 2:8–14)
Jesús es el salvador del mundo y debemos compartir esas buenas noticias.
Confía en Dios (Eclesiastés 8:14–17)
Debemos de confiar a Dios aún en momentos difíciles e inciertos, porque Él tiene el control.
Hay perdón y salvación en Cristo (Mateo 4:17)
Acércate a Cristo con arrepentimiento y recibe Su salvación.
Dios contesta las oraciones (Lucas 1:11—15)
Cuando pongas tus peticiones en oración ante Dios, espera pacientemente Su respuesta.
Seamos compasivos (Jeremías 8:18—22)
Jeremías implora a Dios que salve a su pueblo. Estaban al borde de la destrucción a causa de su rebelión.
La sabiduría (Eclesiastés 7:23–29)
Busca la sabiduría de Dios y no dependas de la tuya porque está limitada.
La promesa del Espíritu Santo (Juan 14:15–21)
Dios nos ha dejado Su Espíritu Santo y nos enseña que le amamos obedeciendo Su palabra.
El verdadero contentamiento (Eclesiastés 6:1–12)
La riqueza material no puede dar el verdadero contentamiento; solo Dios puede.
Dios es misericordioso (Jueces 16:28–31)
Nunca sientas que Dios no puede escucharte porque has pecado. Él te escucha y hoy tienes la oportunidad de arrepentirte de todo corazón. Él puede restaurarte y devolverte el gozo de tu salvación.
El centro de nuestra adoración (Juan 4:20–24)
Jesús confronta a la mujer samaritana y le da la enseñanza que el momento había llegado que las personas adorasen a Dios de corazón y sinceridad, removiendo cualquier obstáculo que tome el lugar y enfoque de nuestra adoracion hacia Dios.