Conectados con Cristo (Juan 15:1–8)
La vida cristiana no es una religión de simples prácticas o de actividades, sino una relación de conexión continua con Cristo. De esa conexión fluye todo fruto espiritual.
La fe sincera (Hechos 5:1–11)
La historia de Ananías y Safira nos enseña que Dios aborrece la falsa piedad y valora una fe sincera y humilde, pues no puede ser engañado por apariencias externas.
Trabajemos en la unidad (Hechos 4:32–37)
Dios desea que Su iglesia viva en unidad, como una verdadera familia espiritual. Esta unidad es posible cuando somos llenos del Espíritu Santo, dejamos el egoísmo y servimos con generosidad, reflejando a Cristo incluso en medio de la oposición como los primeros discipulos.
Sirve a Dios(Hechos 4:23–31)
Podemos predicar sin temor porque Dios es soberano y Su Espíritu nos da valentía para hablar de Cristo con confianza, aun en medio de la oposición.

